Domógrafas

Domógrafa, una exposición única y reproducible

La exposición Domógrafa tiene como fin desacralizar el arte, sentirlo como algo ajeno, que está en “templos artísticos”, y que hay que saber y entender para disfrutarlos…, de ahí uno de los objetivos de esta exposición sea llevar y ubicar el arte en nuestras casas.

En nuestro hogar el arte ­−una parte de nuestra cultura− debe convivir con elementos más prosaicos, y es ahí donde disfrutaremos día a día de él, como lo hacemos de las recetas tradicionales de la familia, de los gustos musicales, los juegos que nos unen alrededor de una mesa, o de fotografías y recuerdos.

Pensando en qué elementos venerados con sus liturgias y templos propios han convivido con nosotros fuera de estos espacios, me vino a la memoria la imagen de ese pequeño altar que cada cierto tiempo traía nuestra vecina, con la imagen de la virgen en su interior, y al que se le instalaba en un espacio destacado de la casa, y desde donde a los dos o tres días se acarreaba de nuevo hasta la casa del siguiente nombre de una lista de correligionarios. De aquí surgen las primeras ideas de domógrafas: tenía que ser algo fácilmente transportable, pero a su vez debía tener una consistencia que no lo hiciera endeble o susceptible de deterioro. El único inconveniente era adaptarlo a nuestro leitmotiv Grafo.

Investigando objetos que cuenten con estas dos primeras características, y que puedan adaptarse a nuestro leitmotiv, surgió la imagen de los trípticos −otro elemento religioso que servía para la devoción privada y que contenía normalmente obras pictóricas. Este objeto era fácilmente adaptable a una obra plana, era transportable y tenía una consistencia material. Parecía claro: Domógrafa sería un tríptico, y si fuera políptico, mejor… y de madera.

Tras esto llegó la fase de producción, y la idea original −cuatro obras de arte en una estructura de madera− se hacía ingobernable por el peso y por ser muy difícil de ubicar para exponer en una casa particular. La domógrafa se convirtió así en díptico: como los dos elementos en los que se inspira, también como ellos de madera, con una estructura que se pudiese abrir y cerrar, y una estabilidad capaz de hacerla mantenerse en pie fácilmente. Los elementos del díptico no debían interferir con las obras de arte, y tampoco pertenecer a ellas, de ahí que estas obras −al modo del altar original− se mantengan dentro del contenedor, convivan con él, pero diferenciándose claramente de su soporte.

¿Y qué hace La Caja Grafa, normalmente dedicada a la edición de obra gráfica, haciendo y materializando una exposición? Pues llevar el arte en grabado a una exposición original, con su particularidad de obra original y reproducible, donde cada obra de arte a su vez es única y múltiple.

Como exposición solo existe una, Domógrafa, pero a la vez se convierte en múltiple al venir acompañada de una colección editorial de las obras de arte expuestas, que llevarán estas obras originales hasta tu propia casa, si así lo deseas.

José Ángel Cañas